GOOD WORK FOR 2,000 COLOMBIAN STREET KIDS - translation

Peggy S. Holman peggy at opencirclecompany.com
Wed Nov 10 20:55:35 PST 2004


Wow!  That was fast.  I forwarded a copy to Andrés.

Gracias,
Peggy

----- Original Message -----
From: "Lucas Gonzalez" <lgs0a at yahoo.es>
To: <OSLIST at LISTSERV.BOISESTATE.EDU>
Sent: Wednesday, November 10, 2004 5:08 PM
Subject: Re: [OSLIST] GOOD WORK FOR 2,000 COLOMBIAN STREET KIDS -
translation


> [Translated with Johann Borquez and Marleny Muñoz's "presence", but my
> fingers typed too fast!  Thanks!  Btw - even the extra paragraph is
> translated - at the end.  Thanks Peggy!]
>
> BUEN TRABAJO PARA 2,000 MUCHACHOS DE LA CALLE COLOMBIANOS
>
> ¿Dónde comenzar a contar esta historia? Espero encauzar a dos de mis
> contadores de historias favoritos, Harrison Owen y Chris Corrigan, que
> siempre parecen capturar la vitalidad vibrante del propio
> acontecimiento.
>
> LOS PREPARATIVOS
>
> Ya estaba en mi camino a Bogotá, Colombia, para dar una clase en La
> Universidad de Los Andes sobre Cambio en Sistemas Completos. Cerca de
> cinco semanas antes de irme, recibí un mensaje electrónico de Andrés
> Agudelo, aagudelo at tandemadr.com, uno de mis contactos en Bogotá:
>
>>>>
> Hola Peggy,
> Sólo una nota breve para que conozcas algunas buenas noticias. Tuve una
> reunión con un sacerdote italiano, Javier de Nicolo, quien ha trabajado
> en las calles de Bogotá ayudando a los muchachos que sonabandonados por
> sus familias, y que entran en las drogas y en la prostitución (o en la
> guerrilla) para sobrevivir. Lo que él ha estado haciendo es
> adiestrarlos en diferentes destrezas, y les consigue trabajo, u
> organiza equipos de jóvenes para pavimentar las calles de la ciudad,
> financiados por la oficina del alcalde y algunos fondos privados. Ha
> estado de acuerdo en hacer una reunión en Espacio Abierto para motivar
> a los muchachos: empiezan a trabajar con energía y luego se desvanecen.
> ¿Qué piensas? ¿Podría ser interesante para ti cuando vuelvas el próximo
> octubre?
> Mis mejores saludos,
> Andrés Agudelo
>>>>
>
> Por supuesto dije sí. El siguiente mensaje, dos semanas antes del
> evento, añadió un aspecto interesante y retador - este Espacio Abierto
> sería para 2,000 personas:
>
>>>>
> Hola Peggy,
> El sacerdote querría hacer un EA para dos mil de los
> muchachos/adolecentes, incluyendo a trescientas personas que trabajan
> con ellos, si es posible el 31 de octubre y el 1 de noviembre. ¿Estaría
> esto bien para tí? ¿Cuándo sería un buen momento para hablar por
> teléfono?
> Ciao,
> Andrés
>>>>
>
> Recuerdo haber pensado, "¿2,000 personas? ¿Va en serio? Estoy segura de
> que en cuanto entremos en los detalles, será un número más "normal". Y
> si no, estará bien (espero)."
>
> Hablamos al día siguiente. Y, efectivamente, querían que 2,000 personas
> estuvieran presentes. Todo el contexto y las preguntas parecían
> suficientemente directos. Me fié del juicio de Andrés y di el salto.
> Allá íbamos.
>
> Unos pocos días después, 12 días antes de la fecha en que tendría lugar
> el evento, fue mi primera conversación con el espónsor; de hecho, con
> la mano derecha del espónsor - Helena. Como supe más tarde, Helena es
> una dinamo excepcional con un equipo extraordinariamente capaz que está
> acostumbrado a tratar con un número de muchachos muy grande.
>
> Debería mencionar un par de giros interesantes de esta historia. Debido
> a que estábamos en Bogotá, el EA sería en español, un idioma en el que
> puedo contar hasta diez y nombrar algunos colores. Si bien yo había
> conocido a Andrés durante mi primer viaje a Colombia durante el verano,
> éste sería nuestro primer trabajo juntos.
>
> Durante nuestra llamada de larga distancia, supe que la exposición de
> Helena al EA consistía en lo que ella había aprendido a través de
> Andrés y de un experimento auto-conducido, de 50 personas, con algunos
> de los adultos que trabajan en este programa de empleo. Les encantó la
> experiencia y los resultados y estaban completamente comprometidos.
>
> Llamé tanto a Harrison Owen como a Michael Pannwitz para reunir
> cualquier información acerca de su EA de 2,108 personas que pudiera ser
> útil. Ambos dijeron esencialmente las mismas cosas:
>
> Las dinámicas son las mismas que en cualquier otro EA . prepárate para
> sorprenderte y pásatelo bien.
>
> Dispuse que volaría un día antes para ver el lugar. Andrés iba a estar
> fuera de la ciudad, así que estuve sola para repasar la logística.
> Estaba aún un poco en negación de que pudiera haber nada especial que
> tendría que tener en cuenta para un EA de este tamaño.
>
> EL LUGAR
>
> Mi primera impresión fue sobre la pura belleza del lugar. Me enteré de
> que el Hermano Javier de Nicolo tenía 75 años y ha estado trabajando
> con muchachos de la calle durante 40 años, ayudando a decenas de miles
> a encontrar una vida mejor.
>
> A través de los años, ha atraído los recursos para construir cerca de 8
> centros alrededor de la ciudad para dar alojamiento y educar a la gente
> joven.
>
> El sitio del EA era primariamente para muchachas jóvenes, de edades
> entre 8 y 12 años, muchas de las cuales habían experimentado abusos
> físicos y/o sexuales. El plan era sacarlas del campus cuando los
> participantes del EA, de edades entre 16 y 22, en su mayoría varones,
> llegasen.
>
> Mi siguiente impresión me dio mucha razón para cuestionar mi cordura al
> decir que sí. Vi el salón en la que se planeaba hacer el EA. De forma
> distinta a como se hace en los Estados Unidos, en Bogotá no hay ningún
> cartel visible con la capacidad de un salón. Caminé y conté un poco, y
> mi mejor estimación fue que el suelo en su parte principal podría
> albergar 750 personas sentadas en el suelo con un círculo minúsculo en
> el centro. El escenario podría acomodar tal vez a otras doscientas
> personas y en la platea, sin acceso interior para anunciar sesiones,
> podrían caber otros doscientos. Helena parecía no inmutarse en absoluto
> ante la aparente imposibilidad de poner 2,000 personas en un espacio en
> el que, según admitió ella misma, nunca había habido más de 1,000. Ahí
> es cuando dí el salto y pensé para mí, "estoy trabajando con una
> organización religiosa. Estamos en las manos de dios."
>
> El patio que llevaba hasta el salón era grande, cuadrado y podría
> fácilmente acomodar a 2,000. Estuvimos de acuerdo en preparar tanto el
> salón como el patio y en que sería fuera si el clima lo permitía.
>
> Ah, el clima. Estábamos en la estación lluviosa. Bogotá es un lugar
> exhuberante y verde, muy como mi ciudad natal, Seattle. Eso significaba
> que conocía y apreciaba el precio pagado por vivir en un lugar tan
> hermoso y verde. Llueve mucho. Había mirado en weather.com y no vi sino
> lluvia en el futuro.
>
> Hablamos de usar cinta en el suelo para marcar pasillos. Hicimos una
> acomodación al espacio limitado dentro y al viento por fuera. Más que
> poner el papel y los rotuladores en el suelo en el centro del círculo,
> habría muchos voluntarios que pasarían el papel y los rotuladores a
> todos los que los quisieran. Los convocantes vendrían al centro a
> anunciar sus temas. Eso nos permitió mantener pequeño el centro del
> círculo, maximizando el espacio para sentarse.
>
> Tenían 40 computadores locales y profesores voluntarios para apoyar a
> los muchachos con la grabación de sus informes. Además, tenían planes
> de preparar 2,000 desayunos y almuerzos para los dos días.
>
> Hablamos del tema. El sacercode acababa de recibir noticias
> devastadoras: los empleos que tenían de fuentes públicas y privadas
> para el programa de trabajo estaban en peligro porque los muchachos
> estaban apareciendo drogados y estaban robando. El tema tomó una nueva
> urgencia y un giro decididamente basado en el miedo: partiendo de las
> mejores posibles oportunidades de empleo para ahora y para el futuro,
> se convirtió en salvar los empleos que tenían. Hice lo mejor que pude
> para abrir el tema y que fuese más afirmativo, enfocado en el futuro.
> Al final, ganó el salvar los empleos. El tema:
>
> "Como puedo colaborar YO para que los empleadores nos sigan dando
> trabajo ahora y en el futuro?"
>
> Traducido [al inglés] (creo): ¿Cómo puedo contribuir a que los
> empleadores no cancelen el trabajo para nosotros ahora y en el futuro?
>
> La parte más rara es que en ningún momento me dejé llevar por el
> pánico. La lluvia parecía inevitable y de ninguna manera podía imaginar
> a 2,000 personas encajadas en el salón. El tema era el más basado en el
> miedo con el que yo hubiese trabajado. Y estaba calmada. Una parte de
> mí pensó que eso era muy extraño. La mayor parte de mí simplemente
> pensaba que funcionaría. Tal vez fue así porque MUY claramente estaba
> trabajando con personas que había tratado con muchedumbres inmensas con
> anterioridad. Al tiempo que ellos necesitaban mi experiencia con la
> logística del EA, estaba claro que los muchachos estaban todos en muy
> buenas manos en cualquier otro sentido.
>
> En realidad no vi a Andrés hasta el día antes del evento. Yo acababa de
> terminar un intenso curso de tres días y él estaba volviendo de tomar
> parte en un taller, igualmente absorbente y de muchos días, en Ecuador.
> Vio nuestro lugar para el EA por primera vez aquella tarde. Pensó que
> podría dar cabida a 1,500, aún no a los 2,000 que esperábamos. Ambos
> estábamos muy cansados. Revisamos unos pocos elementos logísticos
> aquella tarde pero en realidad no nos pusimos de acuerdo en cómo
> trabajaríamos hasta la siguiente mañana en que fuimos en coche hasta el
> sitio. Y aún así yo estaba calmada. Y también Andrés.
>
> Para la apertura, seguimos el ejemplo de Harrison y Michael. Yo
> hablaría en inglés, y Andrés en español. Él no haría una traducción
> exacta, y más bien expondría los rituales del EA a su manera. Dimos un
> paso más - ya que el número de angloparlantes era minúsculo, yo diría
> una frase y él añadiría todo lo específico en español. (En realidad yo
> sugería no aparecer en absoluto. Al final, estuvimos de acuerdo en que
> aunque ellos no entenderían mis palabras, había algo importante acerca
> de la presencia de esta extranjera que venía desde otro país para
> trabajar con ellos.)
>
> DIA UNO
>
> Después de cielos sombríos y grises y una lluvia constante desde que
> llegué, el día, 31 de octubre, amaneció con cielos azules y soleados.
> En lo que a mí respectaba, era un pequeño milagro.
>
> Nos reunimos en el patio, con grandes letras puestas juntas a los lados
> de los edificios detallando la ley de los dos pies, los cuatro
> principios, el tema de la conferencia. Era espectacular. El sacerdote
> habló (un buen rato) y luego nos pasó el micrófono a nosotros.
> Empezamos.
>
> En años recientes, he comenzado pidiendo un breve silencio cada vez que
> se reune el grupo completo. Como mínimo, es una oportunidad de que la
> gente reuna sus pensamientos. De manera más sutil, hay algo muy
> poderoso en los grupos, particularmente grupos muy grandes, sentados
> juntos en silencio. Teníamos mucha curiosidad por ver cómo esta gente
> joven, con sus entornos de drogadicción y su reputación violenta,
> responderían. ¡Fue PASMOSO! Dos mil personas jóvenes tan calladas que
> podías oír la caída de un alfiler.
>
> Los llevamos a través de la apertura y luego fue el momento de exponer
> las sesiones. Y obtuve mi única gran sorpresa. TODOS se levantaron y
> empezaron a arremolinarse. No estaba segura de qué estaba ocurriendo ni
> de si alguien propondría algo. Y luego comenzó. Andrés se vio
> repentinamente rodeado de muchachos con temas en sus papeles. Durante
> los siguientes cuarenta minutos, se quedó de pie, sólido como una roca,
> sosteniendo el micrófono mientras una por una, más de 300 sesiones eran
> anunciadas y expuestas. ¡Ahí teníamos nuestros pasillos cuidadosamente
> marcados con cinta! Los muchachos entraron en el recibidor para mirar
> la pared con el orden del día. Y estaban en camino.
>
> Un tema fue nombrado una y otra vez: tomar responsabilidad por sus
> acciones. Las propias sesiones estaban llenas de conversaciones
> notables:
>        ¿Ha llegado el momento de terminar "el código de silencio" y hablar
> cuando alguien aparece en el trabajo drogado?
>        ¿Cómo gestionamos a la gente que no obedece las reglas del
> programa?
> ¿Deberían ser expulsados? ¿Ayudados a volver a la rehabilitación de
> drogadicción?
>
> Los muchachos estaban profundamente comprometidos. ¡Y nuestro reto eran
> los profesores! ¡Estaban tan acostumbrados a mantener a los muchachos
> bajo control, temerosos de la violencia si no lo hacían así, que
> algunos estaban tomando el control y empezando a moderar a los grupos!
> Allí donde podíamos, adiestrábamos a los profesores en tiempo real a
> participar pero no tomar el control. Expresamos nuestra inquietud a
> Helena y finalmente estuvimos de acuerdo en reunirnos con los
> profesores por la mañana antes de abrir el espacio el segundo día.
>
> Nuestra preocupación alcanzó su punto máximo cuando oímos la voz de
> Helena por el sistema de megafonía que llegaba a todo el campus,
> anunciando que era la hora de pasar a la siguiente sesión. Y luego
> siguió hablando. Andrés fue a quitarle el micrófono y volvió con las
> manos vacías. Yo salí, la encontré hablando con un joven, simplemente
> sosteniendo el micrófono, y dije "Me llevo esto", se lo quité y me fui.
> Pocos minutos después, ella se unió a Andrés y a mí. Hablamos con ella
> de lo importante que era que los jóvenes experimentasen la toma de
> responsabilidad. ¡Ella nos agradeció el recordatorio de que ella estaba
> haciendo exactamente lo que a menudo decía a los profesores que no
> hicieran!
>
> Algunos minutos más tarde, nuestra presión arterial se elevó de nuevo.
> Escuchamos al sacerdote, a medio día, dando una conferencia a través de
> la megafonía, diciendo a todos que debían ir a trabajar. ¡Ahí se
> quedaban las mariposas! Yo sabía que era mi responsabilidad mantener el
> espacio abierto para los muchachos. Andrés, como mi traductor, y yo,
> como alguien completamente desde fuera del sistema, despegamos en busca
> del sacerdote. Retiré (respetuosamente) el micrófono de su mano en el
> momento en que él iba a lanzarse en una conferencia más a través del
> sistema de altavoces. Le dije que les estaba hablando de
> responsabilidad pero no les estaba dando la oportunidad de practicarla.
> El proceso que estábamos usando apoya a la gente en tomar
> responsabilidad por lo que aman, ayudándoles a abrazar la
> responsabilidad desde dentro de ellos mismos más que que les sea
> impuesta por otros que están fuera de sí mismos. Él me dijo que quería
> lo que fuese mejor para los muchachos. Yo dije que nosotros queríamos
> lo mismo. Fue un momento definitorio. ¡Él no sólo tomó con mucha
> elegancia lo que yo dije sino que, el siguiente día, vino con una
> actitud completamente diferente y ya no necesitó dar una conferencia
> larga! Le agradecí su apoyo en el almuerzo del día 2. Dijo: "El día 1
> fue la apocalipsis. El día 2, estamos en el cielo." Es mi cita favorita
> de todo el evento.
>
> DÍA DOS
>
> El clima se mantuvo despejado. Comenzamos el día reuniéndonos en un
> círculo con los profesores. Les pedimos que nos dijeran cómo veían que
> iban las cosas. Algunos estaban bastante disgustados, con la sensación
> de que los jóvenes necesitaban mejor guía. Otros estaban encantados con
> la seriedad y la iniciativa. Al final, les animamos a escuchar tanto
> como pudieran; a asumir que incluso si lo que veían no era la forma en
> que ellos enfocarían el trabajo, que eso estaba muy bien; y que si no
> podían resistirse a intervenir, que lo hicieran con una pregunta.
>
> Otras 140 sesiones subieron por la mañana y 40 en el EA de planificar
> la acción de la tarde. Las dinámicas fueron en buena medida como el día
> anterior. Nada de hacer cola de forma ordenada en los pasillos,
> simplemente una muchedumbre, respetuosamente esperando su turno para
> anunciar sus sesiones.
>
> Los muchachos fueron bastante increibles. Me sentía un poco como la
> Madre Teresa. Cada vez que caminaba a través del patio, me rodeaban.
> Sobre todo, querían ensayar las 3 o 4 palabras que sabían en inglés y
> hacerme preguntas. En el segundo día, me uní al equipo de cámaras (sí,
> tuvimos a un grabador de vídeo profesional con nosotros) y empecé a
> hacer preguntas a los muchachos. Me dijeron que definitivamente querían
> hacer más EA. Cuando les pregunté por qué, uno de estos jóvenes duros
> (que sin duda portaba una navaja o una pistola en algún sitio de toda
> aquella ropa suelta) me dijo que le daba un sentimiento de familia.
>
> Un jóven se me acercó justo después de que se abriese el espacio para
> decirme que se había marchado temprano el día uno pero estaba
> comprometido a quedarse todo el día de hoy. Me pregunté si acababa de
> decirme indirectamente que hoy no se marcharía a drogarse.
>
> El hombre que llevaba el programa estaba encantado. Nos dijo que había
> aprendido muchísimo de esto. ¡Los muchachos le habían dicho que el
> programa era demasiado indulgente con los infractores, y que las reglas
> deberían ser mucho más estrictas! Su solución: pediría a los muchachos
> que definieran las reglas y las consecuencias. ¡Vaya cambio más
> increíble!
>
> Una profesora me buscó para decirme que había entrado en una habitación
> donde los muchachos estaban jugando a las cartas. Su primer impulso fue
> decirles que se pusieran a trabajar. En lugar de eso, recordó la
> sugerencia de hacerles una pregunta. "¿Necesitaban alguna cosa?" "No",
> respondieron, "estamos muy bien. Estamos tomando un descanso y
> volveremos a trabajar muy bien." La profesora se marchó, un poco
> desconcertada, pero satisfecha de haber hecho lo correcto.
>
> Como ustedes pueden imaginar, hubo un apoyo increible por parte de
> mucha, mucha gente para lograr esto. La cocina horneo 8,000 panes para
> el día 1. Tengo entendido que aquel día se sirvieron 2,300 almuerzos,
> dejando pequeña la cuenta oficial de 1,800. (¡Puede que tengamos un
> nuevo record de EA! Están recontando el número de registrados.) El
> equipo trabajando con los computadores expuso los informes a medida que
> llegaban. Lo último que vi del informe, era de al menos 600 páginas.
> Nada de esto habría sido posible sin mi extraordinario colega en esta
> aventura, Andrés Agudelo. Siendo relativamente nuevo en el EA, tiene
> muchos años como terapeuta Gestalt y emana calma incluso cuando sufre
> la avalancha de varios cientos de muchachos que lo rodean con sesiones
> que anunciar.
>
> DESPUÉS
>
> Me fui a casa la mañana siguiente, con el clima gris y lloviznando,
> dejando una petición a Andrés de que me contase lo que sucediese.
> Estábamos bastante seguros de que la caja de Pandora estaba abierta de
> par en par y nada sería ya lo mismo.
>
> Cuatro días después del evento, Andrés envió este mensaje:
>
>>>>
> Hola Peggy,
> Intentaré llamarte este fin de semana. Han ocurrido muchas cosas, pero
> preferiría hablar contigo.
> Ciao,
> Andrés Agudelo
>>>>
>
> Y así están las cosas .
>
> Peggy Holman
>
> 7 de Noviembre de 2004
> P.D.  Pronto habrá fotos y un video .
>
> P.P.D. Estoy sobrecogida por la respuesta de ustedes (en la lista) a mi
> historia. Me recordó un párrafo importante que me pasó por la mente
> múltiples veces pero nunca pasó a través de mis dedos:
>
> Tal vez la razón más importante para mi calma a través de esta aventura
> tiene que ver con esta lista.  Desde 1996, la lista de EA ha
> proporcionado historias y consejo para abrir el espacio. Yo NUNCA
> habría sentido la profundidad de la experiencia y la confianza para
> hacer este trabajo sin los años de sabiduría que he absorbido a través
> de todos ustedes.  Es como si hubiese tenido una consultoría virtual a
> mis espaldas.  Nunca he trabajado con jóvenes, pero he leído
> suficientes historias de aquellos de ustedes que sí lo han hecho para
> saber que esto funcionaría.  De una forma muy real, ustedes son mi red
> de seguridad.  Y por ello estoy profunda, profundamente agradecida.
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